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RUMIANTES

A diferencia de los monogástricos, a los rumiantes por lo general se les considera menos susceptibles a la micotoxicosis. Esto se basa en el supuesto de que la flora del rumen degrada y desactiva a las micotoxinas presentes en el alimento balanceado. Sin embargo, varias micotoxinas son resistentes a la descomposición en el rumen; y usualmente los rumiantes tienen que lidiar con una multiplicidad de desafíos diferentes, en virtud de la complejidad de su dieta. Más aún, las vacas en transición son especialmente sensibles a los hongos, a las esporas de los hongos y a las micotoxinas.

Las dietas para rumiantes generalmente contienen tanto concentrados como forrajes. Esto aumenta el riesgo de exposición a múltiples micotoxinas. Los forrajes (pastos y conservados), los alimentos balanceados fermentados y los subproductos, representan un riesgo significativo para el ganado. Dependiendo, además, de la contaminación de los suelos, de la fecha de cosecha del forraje, de la gestión del ensilaje, del origen del alimento balanceado comprado y de las condiciones de almacenamiento del alimento en la granja.

 

Identificación de los hongos en el ensilaje

 

 

Fuentes de micotoxinas: Forrajes

 

Identificación de los hongos en el ensilaje

Otros alimentos balanceados como los cereales simples, los concentrados o los subproductos (como residuos de cervecería o destilería) también pueden estar contaminados por micotoxinas, especialmente en condiciones de humedad o cuando están mal almacenados. Asimismo, las proteínas vegetales como la harina de soya, la harina de girasol o la harina de colza también pueden estar en riesgo. En algunos países se ha limitado el uso de subproductos más económicos para las dietas las vacas lecheras por el alto riesgo de micotoxicosis, así como por la posibilidad de contaminación de la leche.

 

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Fuentes de micotoxinas: Forrajes

Las micotoxinas en los forrajes (pastos, henos o ensilajes) presentan la mayor amenaza para el ganado. Incluso el pasto fresco para pastoreo puede estar contaminado con varias micotoxinas. Generalmente estas incluyen hongos endófitos que producen micotoxinas que protegen de cierta manera a la planta, como es el caso de la ergovalina y la lolitrem B; así como las micotoxinas fusarium, zearalenona o deoxinivalenol (DON).

Por lo general, el ganado se alimenta con forrajes conservados (como el ensilaje) durante el invierno. Los forrajes ensilados tienen más probabilidades de albergar hongos y micotoxinas asociadas, que los forrajes secos (como el heno), especialmente cuando no hay un control estricto de la fermentación y de las condiciones anaeróbicas. Debe evitarse todo ensilaje que muestre señales de crecimiento de hongos.

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Síntomas

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Algunos de los signos comunes de las micotoxinas son: 

  • Inmunosupresión
  • Daño en el hígado
  • Reduce la producción de leche y carne
  • Baja la reproductividad
  • Compromete la función del rumen
  • Daño intestinal
  • Reduce la digestión de fibra
  • Reduce el consumo de alimento balanceado

Fuentes de micotoxinas: concentrados y subproductos.

Aflatoxina

Las aflatoxinas pueden producirse en todas las regiones del mundo como resultado de patrones climáticos cambiantes o por prácticas agrícolas. Pero son de mayor preocupación en las regiones más tropicales, donde el clima suele ser cálido y húmedo. Por lo que sea precavido con los alimentos balanceados importados de regiones tropicales.

Las aflatoxinas dañan al ADN, produciendo la muerte celular o la formación de tumores. Toda aflatoxina B1 que evada la degradación dentro del rumen se convierte en aflatoxina M1 dentro del hígado, que posteriormente será excretada en la leche con una tasa de transferencia que varía entre 1% y 6%. Por lo que en la mayoría de países se ha regulado la aflatoxina, fijando límites máximos legales en la dieta.

Ocratoxina

Las ocratoxinas son producidas por diferentes hongos durante el almacenamiento del alimento balanceado y se encuentran tanto en regiones templadas como tropicales. La ocratoxina A es la más prevalente, sin embargo, en un rumen en buen funcionamiento esta micotoxina se degrada rápidamente y, por ende, se considera una amenaza menor para los rumiantes.

 

Los signos clínicos de toxicidad por ocratoxinas puede incluir al edema pulmonar. Además, los niveles muy altos de ocratoxinas (3ppm) pueden aumentar la mortalidad.

Patulina

A la patulina no se la considera una micotoxina especialmente potente. La producen ciertas especies de hongos que crecen en frutas como manzanas, peras o uvas. Los subproductos de las frutas almacenadas, bajo condiciones que promuevan la magulladura o la pudrición, aumentan las probabilidades de formación de patulina. También se ha reportado contaminación por patulina en vegetales, cereales y ensilaje.

Entre los signos clínicos de toxicidad por patulina en el ganado encontramos la hemorragia del tracto gastrointestinal.

Tricotecenos

Los tricotecenos –como la toxina T-2 o el deoxinivalenol (DON o vomitoxina)– son toxinas comunes en el campo, que se encuentran en los cereales y en los ensilajes. Estas micotoxinas pueden metabolizarse parcialmente en el rumen, incluso cuando su descomposición puede inhibirse por las condiciones de acidez en el rumen. La susceptibilidad a los tricotecenos varía según la especie, la raza y los sistemas de manejo. Por ejemplo, el ganado de carne y los ovinos son más tolerantes al consumo de DON que el ganado lechero.

Los signos clínicos de toxicidad por tricotecenos incluyen una disminución del consumo de alimento, menor ganancia de peso y pérdida de la producción de leche. Además de diarrea, falla en la reproducción e incluso mortalidad.

Zeralenono

La zearalenona suele presentarse en combinación con el DON en cereales o en forrajes contaminados naturalmente. Esta micotoxina simula la actividad de las hormonas (como análogo del estrógeno) que produce la mayoría de los síntomas relacionados con la reproducción, particularmente en gestantes. La zearalenona se metaboliza parcialmente en el rumen convirtiéndose en alfa-zearalenol y, en menor medida, en beta-zearalenol. Estos compuestos de la descomposición no han mostrado efectos tóxicos sobre las bacterias ruminales. Pero el alfa-zearalenol es aproximadamente 4 veces más estrogénico que su micotoxina madre, por lo que su transformación mediada por el rumen produce mayor toxicidad. La tasa de transferencia de la zearalenona a la leche es baja y hasta el momento no presenta un verdadero riesgo para los consumidores de productos lácteos.

Los signos clínicos de toxicidad por zearalenona incluyen abortos, menor supervivencia del embrión, infertilidad, vaginitis, feminización de los machos jóvenes e hipertrofia de las glándulas mamarias en las novillas vírgenes.

Fumonisina

Las fumonisinas se presentan en todo el mundo en el alimento balanceado. Contrario a otras micotoxinas, la fumonisina B1 (la más prevalente de todas las fumonisinas) se metaboliza de manera lenta y deficiente en el rumen. Los órganos diana de los rumiantes que sufren daño por causa de esta micotoxina son el hígado y el riñón.

Entre los signos clínicos de toxicidad por fumonisinas encontramos una disminución en el consumo de alimento, una menor ganancia de peso y una pérdida de producción de leche.

Una gestión eficiente de micotoxinas implica tener una visión integral del desafío, desde la granja hasta el molino y desde la evaluación de riesgos hasta la gestión del alimento balanceado. El Equipo de Manejo de Micotoxinas de Alltech brinda un conjunto de soluciones para ayudarle a mitigar la amenaza que pudiera enfrentar por las micotoxinas en el campo o en el almacenaje. Para más información, presione aquí.